RAP
El rap es mucho más que un simple género musical. Es una cultura, una explosión de emociones, una actitud. El rap habla de los problemas del día a día de la gente. Está democratizando la música en Oriente Medio y Norte de África, ya que permite que se expresen a través de la música los que no pueden permitirse una guitarra, un violín o un piano. Es por eso que resulta tan atractivo para miles de jóvenes en la región, especialmente aquellos con menos recursos. El rap es esencialmente político y políticamente incorrecto. Podemos aprender mucho de una sociedad solo escuchando a sus raperos. De la falta de libertades en Marruecos a las protestas libanesas, la cultura rap se ha erigido como portavoz de muchos enfados y quejas compartidas. Y todo esto combinado con ritmo, bases musicales increíbles y muchísimas innovaciones que van a sorprenderte. La escena rap en Oriente Medio y Norte de África está pasando por uno de sus mejores momentos. ¿Te lo vas a perder?
La Reina del Rap en Oriente Medio
El trono del rap libanés ya está ocupado y tiene un nombre: Malikah. Autoproclamada como la reina del rap árabe (“malika” en árabe significa reina) y con un amplio reconocimiento internacional, Lynn Fattouh descubrió el mundo del rap a los 15 años atraída por una música que no solo hablaba de amor y desamor, sino que trataba problemáticas sociales con las que todo el mundo se podía sentir identificado.
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Cuando empezó a cantar, el rap era visto como algo occidental. De hecho, en sus inicios Fattouh rapeaba en inglés. “¿Qué estáis haciendo rapeando en árabe? ¡No es una lengua para el rap!”, solía decir.
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Se dió cuenta que si lo que quería era hacer llegar su música al pueblo libanés, tenía que rapear en árabe. Dejó de ser Lynn Fattouh y nació Malikah. En 2006 lanzó su primer single en árabe, “Ya Lubnan”. Esta canción es representativa del estilo que adoptará Malikah durante el resto de su carrera: una canción reivindicativa, política y con un tono de enfado y frustración. Su talento y dedicación la han llevado a ser reconocida internacionalmente, actuando en Barcelona, Berlín o en el festival de Glastonbury.
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Si algo ha sabido hacer a la perfección Malikah es representar a través de su música las frustraciones de la sociedad libanesa. Lo demostró en octubre de este año con el lanzamiento de su última canción “3am 7arib (I am fighting)”, dando voz a las personas que se manifestaban en las recientes protestas en su país. Te preguntarás a qué protestas nos referimos. Pues bien, desde octubre de 2019, el Líbano está inmerso en uno de los mayores episodios de protestas de su história. Todo empezó con una subida de impuestos por parte del Gobierno, incluida una tasa mensual de $6 por llamar utilizando Whatsapp.
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Sin embargo a día de hoy las protestas han evolucionado. El pueblo libanés pide justicia social y el fin de la corrupción. ¿Sabías que, en proporción, Líbano es uno de los países más endeudados del mundo? El país importa muchísimo y exporta muy poco. La situación económica del país está al borde del colapso, y la sociedad libanesa exige responsabilidades políticas por tantos años de mala gestión.
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El rap es una herramienta que nos permite ir más allá de los acontecimientos políticos para llegar a entender los sentimientos y emociones de la gente. En el caso de Malikah, en diversas canciones nos habla de una cierta depresión colectiva en Líbano. El pueblo libanés siempre se ha creído el más guai de la región, con el mejor sistema político y mejores libertades. Sin embargo, el mito del oasis libanés se ha ido desvaneciendo entre la población con un baño de realidad: precarización, falta de oportunidades, corrupción y el colapso económico. Y lo peor es que no avistan el final del túnel.
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MALIKAH
GNAWI
Rap desde la cárcel
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Detenido. Condenado. Un año de cárcel como sentencia. Mohamed Mounir es un rapero marroquí de 32 años que se encuentra en prisión desde octubre de 2019 por haber colgado en redes sociales un vídeo en el que aparecía criticando abusos policiales que aparentemente había sufrido. Gnawi, como se le conoce artísticamente, no ha tenido una vida fácil. Huérfano y procedente de una familia humilde, encontró en el rap una forma de expresar sus sentimientos, con los que miles de jóvenes marroquíes se identifican a diario.
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Desde su detención, denunciada por Amnistía Internacional como un “grave ataque a la libertad de expresión”, Gnawi se ha convertido en una celebridad en su país. Sus vídeos acumulan decenas de millones de reproducciones, y su condena ha acaparado titulares en la prensa internacional.
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¿Quieres conocer la realidad de su encarcelamiento? Se le acusa de ofensas a la policía. Sin embargo, la detención se produjo sólo dos días después del lanzamiento de su polémico single “3acha cha3b (Viva el pueblo).” Y decimos polémico porque aparte de denunciar la pobreza, criticar las desigualdades y apoyar a los movimientos de protesta del Rif marroquí, la canción critica a la monarquía.
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Allah, Al-Watan, Al-Malek. Dios, Pátria y Rey. Éste es el lema oficial del Estado marroquí. Pese a ser una “monarquía constitucional”, la realidad es que el rey, la máxima autoridad militar y religiosa, es quién nombra al presidente (entre las diputadas del partido más votado) y los ministros del gobierno. La división de poderes brilla por su ausencia, y el rey tiene plenas competencias en política Interior, Justicia y Política Exterior.
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Gnawi y sus letras tocan sobretodo a la población joven marroquí, que se siente identificada por que tratan de democracia, justicia social, falta de oportunidades y libertades civiles. ¿Sabías que según un estudio del 2017, se estima que unas 2,7 millones de jóvenes de entre 15 y 29 años ni estudian ni trabajan en Marruecos? Son jóvenes que se sienten completamente olvidadas por las autoridades, sin perspectivas de futuro y a las que el mensaje de Gnawi les ha llegado especialmente. 2,7 millones de jóvenes. ¡Cuanto talento olvidado! Para muchas personas, su única alternativa es emigrar a Europa.
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“En 2020 ya no habrá problemas en Marruecos,” solía decir el rapero. “En 2020 ya no quedarán marroquíes en Marruecos, habrán emigrado todos, por lo que ya no habrá más problemas,” ironiza Gnawi.