top of page
  • Black Instagram Icon
  • Black Twitter Icon

FAIRUZ

  • Icono social de Spotify
  • YouTube

Decía el escritor Hans Christian Andersen que, donde las palabras fallan, la música habla. Esta reflexión, a parte de hacernos ver el poder de la música, nos describe perfectamente a una de las artista más importantes en la cultura árabe de todos los tiempos: Fairuz.

​

Nacida en el Líbano hace 84 años, Nuhad Haddad empezó su carrera gracias a un crítico musical que la descubrió cuando iba a la escuela. Ese crítico, Mohammed Fleifel, iba a ser después su primer agente y manager. Sin embargo, su pasión por el canto empezó mucho antes, cuando de bien pequeña recitaba versos del Corán para su família. 

​

Una espectacular voz necesitaba a un buen equipo que la diera a conocer al mundo. Y ese equipo fueron los hermanos Rahbani, que empujaron a la jóven Nuhad al estrellazgo en toda la nación libanesa. Allí nació Fairuz, que en árabe significa turquesa, su icónico nombre artístico. Su primer éxito fue un single amoroso, Itab, y dió la vuelta al mundo. ¡Todavía hoy se sigue escuchando!

​

Fairuz es más que una cantante, es un icono, una diva de la música árabe. Su figura se ha convertido en un símbolo nacional para el Líbano. El mayor logro de Fairuz ha sido ser capaz de llevar la cultura libanesa y árabe por todo el mundo traspasando fronteras, llegando a actuar hasta en Las Vegas delante de 16.000 personas en 1999. Es considerada la cantante árabe más importante todavía en activo. Si aún no la has escuchado, ¿a qué esperas? 

​

Volviendo a la cita de Andersen, la música de Fairuz es poderosa, y ayudó al Líbano a unirse después de la guerra civil que golpeó al país en los años 70. Resulta que el Líbano es un país que ha sido siempre multireligioso, con dos importantes grupos mayoritarios: lxs cristianxs maronitas y lxs musulmanxs suníes. Francia, como ex potencia colonial, había beneficiado tradicionalmente a la religión cristiana en las estructuras de poder durante la independencia del país. Eso generó conflictos, pues el grupo musulmán era mayoritario en el país pero tenía poca representación política. La guerra tuvo, por tanto, un claro componente sectario por el reparto de poder entre los distintos grupos religiosos. 

​

Esta guerra civil marcó la vida de Fairuz y del pueblo libanés, enfrentando a comunidades religiosas. Muchos ciudadanos tuvieron que abandonar el país, aunque también hubo gente que, como Fairuz, se negó. En la fase final del conflicto, Fairuz compuso letras excepcionales con el fin de unir a una nación para terminar el conflicto. La figura de Fairuz es un símbolo de la larga y dura reconciliación social que siguió. Fairuz es también un bonito ejemplo del poder de la música como forma de unión. ¡Más música y menos guerras!

bottom of page